Es una invitación a tomar un caimán para unir puntos en un circuito, inventar con el error, convertirlo en un elemento estético, visual, sonoro y de reflexión.

Su práctica lo llevara a inventar, re inventar, juntar dispositivos de mundos distintos (ejemplo: un control de un video juego y una organeta), aumentar las funciones de estos y buscar nuevas maneras de integrar aparatos sonoros y/o de vídeo, en su ensamble electrónico.

Encontrara nuevos usos a los objetos cotidianos y aprovechará las fallas de este (accidentales o provocadas) en el proceso creativo, como Reed Ghazala, quien luego de destapar una radio y poner su mano sobre el circuito, descubrió sonidos que se asemejan al espacio.

El cortocircuitaje creativo propone preguntas respecto a como se elaboran los artículos electrónicos que comúnmente usamos y como afectan la fabricación de estos a los animales y a nuestro planeta.

Muchos lo practican como un hobby, otros hacen de este un estilo de vida y otros lo integran en su obra.

Los términos: error, glitch, tildado, corto, hacen parte de su glosario, pero no por ello sus efectos son inútiles o desagradables, por el contrario lo que se pretende es dar otra mirada a lo que comúnmente entendemos como ruido y notar que está compuesto por muchos sonidos interesantes y que con la práctica podremos aislar afín de encontrar los que más se acomoden al estilo buscado.

A través de la modificación, puede darle un nuevo uso a ese viejo juguete o instrumento musical que ya no es tan divertido y así: revivirlo, traerlo a esta época, pintarlo, decorarlo como quiera y hacerlo parte de su montaje.

Es un proceso de experimentación continuo y multidisciplinario con el que se busca recuperar circuitos ya montados, ahorrando tiempo de ensamble y dinero, asimismo, ayudando a entender el concepto de módulos, y evitar al máximo las limitaciones generadas por cuestiones de conectividad o la vida útil planeada originalmente.

Con el cortocircuitaje creativo se logra integrar de una manera optima: Las artes, la música y la electrónica; permite gran variedad de combinaciones y maneras de experimentar, lo cual aumenta su atractivo, ya que cada dispositivo creado es único, tanto en su diseño exterior, como en los efectos visuales o sonoros producidos que pueden ser logrados sin correr riesgo de sufrir lesiones físicas a causa de descargas de voltaje, sin necesidad de conocimientos electrónicos avanzados, sin dejar inservible el objeto (en algunos casos), o sin necesidad de componentes complejos o costosos.

En nuestra ciudad, desde hace aproximadamente cinco años, comenzó a hacerse popular entre algunos jóvenes con ganas de experimentar con electrónica, música, arte y programación incluso, con ganas de tocar y que por lo general no eran muy diestros con los instrumentos musicales convencionales, pero si en otras áreas, así que empezaron a fabricar los suyos. Aun siendo reciente aquí, en el mundo existe una gran comunidad de “circuit benders” que han hecho de esta práctica un estilo de vida y de experimentación a prueba de tendencias o productos de moda, apreciando más la tecnología obsoleta en donde los computadores, sintetizadores, organetas, juguetes, etc, antiguos, están a la orden del día y son los más buscados.

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